Capítulo 14 - "El Magnáte"

Miles Straume está solo en el cementerio de la isla. Aprovechando esa soledad saca tierra con sus propias manos de una de las tumbas. Sin mucha dificultad encuentra lo que busca: una bolsa con diamantes.
- Un muerto no vale nada, pero dos, valen ocho millones de dólares…- piensa Miles en voz alta.


Un hombre sale del Angeles Rosedale Cemetery de la ciudad de Los Angeles. El le entrega unos billetes al vigilante del lugar, a modo de soborno, y luego en la calle un anciano de cabellos muy blancos lo espera junto a un lujoso coche.
- Y bien?- pregunta el anciano
- Richard, lo que me ha dicho Eloíse no es bueno- responde Miles.

Jack despierta en la cueva de los nombres, busca la figura de kate, pero ella ya no se encuentra allí. Esto no parece preocuparle mucho a Shephard. El sale hasta el borde del agujero de la cueva y sonríe mirando el mar.


Entre tanto Kate se aferra a las paredes húmedas de los acantilados e intenta subir hasta un lugar seguro. Cuando está casi llegando a la cima vé una mano que intenta ayudarla. Ella se toma de ésta y pronto se dá cuenta que pertenece a Walt. Pero éste sorpresivamente la suelta dejándola caer al vació haciendo que termine estrellándose con unas rocas, varios metros más abajo.
- Kate! Despierta!- exclama Hugo al ver a Austin desmayada en la playa.
- Hey! Hurley! Yo tuve una pesadilla – responde la mujer algo aturdida.
- Descuida, ven conmigo, hay una persona que te está buscando- dice Hugo, y detrás de éste aparece Aaron que al ver a Kate se acerca para abrazarla contento.

Miles y Richard están en una vieja construcción. Parece estar en ruinas casi la mitad de la edificación. Ellos caminan sorteando pedazos de mampostería y telarañas. Uno que otro roedor se cruza de repente.
- No entiendo como pudiste comprar este lugar. Es espantoso- dice Richard
- No creas que me han hecho rebaja en el precio, antes del terremoto ésta fue una hermosa iglesia, así que me la vendieron como una reliquia- dice Miles. Alpert hace la señal de la cruz.
- Creo que es por aquí. Vamos a bajar Richard!- ordena Straume mientras levanta unas maderas y deja ver un hueco.

Hurley, Aaron y Kate todavía conversan en la playa cuando desde la jungla salen Benjamin, Ji Yeón y Sawyer. Este último al ver a Kate con vida se adelanta y acercándose la toma entre sus brazos y le dice:
- No entiendo, todos pensamos que habías quedado en el pozo cuando explotó-
La mujer alejándose suavemente de los brazos de James le dice:
- No recuerdo bien lo que pasó. Cuando desperté solo ví a Hurley a mi lado-
- Así es, dude, ella estaba inconciente en la playa- le dice Hugo a Sawyer.
Austen, sin embargo está algo nerviosa, pues sabe que ha mentido para proteger a Jack.


Miles lleva una linterna en la mano, baja junto a Richard por una vieja escalera de caracol. Encuentran un generador de electricidad. Miles prueba mover un interruptor con tanta suerte que todo se ilumina.
- Y se hizo la luz…- dice Straume irónicamente.
Ellos siguen caminando hasta toparse con un gran salón que permanece en perfecto estado. Solo hay algo de polvo y un enorme péndulo que se balancea sobre un mapa dibujado en el piso.
- Mi viejo amigo Richard, bienvenido al “Poste de Luz”- exclama Miles con un extraño brillo en sus ojos.

Benjamin y la chica coreana permanecen mas atrás del grupo que está en la playa.
- Cuando mi abuelo murió, prometí ante sus cenizas que vengaría la muerte de mis padres. Mi abuelo fue un hombre muy frío, y mucho más, luego de la muerte de mi abuela. Así que me aferré a ésta espada y a la idea de venganza, pero aún no se el sabor que tiene.- dice Ji Yeón con un poco de resignación.
- Yo sé el sabor que tiene y te aseguro que con el tiempo descubres que no es muy agradable- comenta Linus.
- De todas maneras voy a atrapar a ese maldito y lo mataré con mis propias manos, no me importa lo que sea. Voy a encontrar su punto débil- concluye la muchacha y se aleja reuniéndose con los demás. Ben permanece en el mismo lugar y piensa en voz alta:
- Me gusta el espíritu de esta jóven.-

Miles está recostado en una reposera en la cubierta de un yate. El cielo comienza a cambiar de un cielo despejado a unas nubes tormentosas, de donde empiezan a aparecer los refucilos de algunos rayos.
Richard, que está al mando de la nave, le grita desde la proa:
- Estamos cerca!-
Miles se quita unos lentes de sol que lleva puestos y dice en voz baja:
- Que Dios nos ayude-
LOST